lunes, 4 de junio de 2012

Dirección del IEs Martínez Montañés

He publicado lo que sigue en la web del instituto con la intención de insistir en algo fundamental:
No hay que volverse locos y plantear medidas casi imposibles, escandalosas y ejemplares. Para bien o para mal quienes estarían dispuestos a seguirlas se irían desinflando como globos con el paso del tiempo. Por eso he publicado esto, para insistir en que algo hay que hacer, sí, pero no seamos tan im...aginativos y sí más eficaces y, por supuesto, todo a la luz de los medios de comunicación, que son el pan y la sal de este y todos los asuntos:

Esta web, como espacio común de nuestra comunidad que es y pretende ser, debe dar cabida a cuantas manifestaciones sobre la educación, los educadores, los educandos y el lugar en que nos movemos y sus actividades se produzcan y creamos de interés. Por eso no podemos estar ajenos a la situación actual que está viviendo la escuela pública de nuestro país, seriamente amenazada.

No se trata de defender derechos, sino de dar el lugar que le corresponde al corazón de nuestro organismo, al órgano vital que mueve conciencias y engrasa y condiciona nuestro futuro.
Lo más importante no es que se hagan recortes, sino que se justifiquen en nombre de una actitud política, cuando debería ser la necesidad de tener la educación mejor lo que promoviera todas las actitudes.
Desde este lugar, mi apoyo a las manifestaciones de repulsa ante los recortes, pero siendo como es un lugar común, sería conveniente no concretar medidas que pudieran desunirnos o enfrentarnos.
Si estamos convencidos de que la calidad de la enseñanza tiene mucho que ver con el prestigio y la motivación del profesorado y que estas medidas económicas y laborales adoptadas lo desprestigia y desmotiva.
Si convenimos en que se desacredita constantemente al profesorado, tanto con distintas declaraciones de dirigentes políticos como con la toma de decisiones de tipo populista que hacen creer a la opinión pública una realidad falsa sobre los docentes.
Si hemos constatado que las sustituciones hasta que hayan pasado un mínimo de diez días de baja no favorecen la calidad de la enseñanza.
Si sabemos que la reducción de las plantillas nos llevará a la pérdida de muchos recursos, como docentes para desdobles, responsables de bibliotecas, profesorado para apoyar al alumnado con necesidades educativas especiales, recursos humanos para realizar actividades, planes y proyectos, etc.
Y si creemos que, una vez más, se incide en el mismo sector de la población, haciendo más notoria la diferencia de clases y perjudicando claramente a los más desfavorecidos.
Pues apoyemos esto que es generalmente aceptado y dejemos las particularidades para el ser individual y responsable que todos llevamos dentro.
Juan Andivia Gómez

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